Podría haberte dicho un monton de cosas,
pero no encontré las palabras.
Y aunque las hubiese encontrado
creo que me habrian faltado mil vidas
para conseguir el valor
de atreverme a decirtelas.
Aunque creo que mis ojos
me delataron varias veces.
Te habría dicho,
que eras el más bonito del grupo,
y que la vida contigo
parecía bailar
frenéticamente,
sin tiempo para parar a respirar.
Te habría dicho
que desde el momento en que te conocí
comprendí que la vida,
siempre guarda los regalos más bonitos
donde menos te los esperas,
para que al llegar
pongas esa cara de sorpresa
y vuelvas a sonreir.
Yo no vi mi cara
cuando te vi a ti,
pero joder,
tuvo que ser algo
parecido a la felicidad.
¿No?
Me faltan mil tejados todavía,
mil huracanes.
Pero a ti te voy a llevar
siempre
muy cerca
del lado bueno de las cosas.
Como un amuleto de esos que dan suerte
y que la gente aprieta
cuando siente que vienen curvas.
Quizá me vengan curvas,
no lo sé.
Pero tengo la certeza
de saber que cada vez que te piense
volveré a sonreir
como si no existiera el gris.
Eres mi lado bueno,
la carcajada a destiempo
que para todos los relojes.
El "amigos nadie más, el resto es selva",
el corazón más bonito
del ecuador hacia arriba.
Mi sonrisa.
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