Todavía pienso que esa noche de verano
no tenía que haber acabado así.
Pero entonces, la vida.
Se interpuso,
se puso a poner la zancadilla.
Cosas de esas que hacen que te caigas,
ya sabes.
No me rompí los dientes,
pero me hice daño.
Cerca del corazón,
creo.
Lo más jodido es
pestañear y entender
que no hay forma de volver a repetirlo
para intentar hacerlo bien.
No hay "rewind"
en la vida real.
Y te jodes.
Y bailas.
O lo que sea.
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