Saturday, July 21, 2012

Escrito en Bilbo, probablemente un viernes a la noche, sola, como siempre.

Llueve. Oigo el sonido de la lluvia caer. ¿Me relaja? Tal vez. Cuando estoy nerviosa no sé distinguir las cosas. Además no hay nada en el mundo capaz de relajarme. Solo una tila caliente. Quizá dos. Y su voz. La de ella. Siempre fue mi valium. Mejor que las pastillas. Y que cualquier cosa. Llueve. La tele está encendida. Mad Men. No creo que vaya a gustarme. Los apuntes están en el sofá. Dudo que vaya a tocarlos. Llueve. ¿Dónde estás? No te veo. Echo de menos tu voz. No hay nadie. Puedo cantar a voz en grito. Y bailar por toda la casa. Pero sigo sentada. Llueve. Parece el diluvio universal. Los rayos iluminan el salón. Nunca me gustaron. Me dan miedo. La lluvia si me gusta. Pero hace frío y viento. No quiero salir al balcón. Sigo en el sofá, escribiendo en una hoja de Word. No me gustan las hojas que no son de papel. Son las 23:02. Sigue lloviendo.

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