Monday, January 14, 2013

- ¿Qué te dijo?
- Poca ostia.
- Ya, ¿pero algo te diría no?
- Ya sabes como es, cuando está cabreada al principio no suelta prenda. Se queda callada y empieza a dar vueltas de una lado para otro.
- ¿Y?
- Pues que luego llega un momento en el que te mira como si fuera a matarte, y explota, y te monta la de dios vamos. Y nada, me comí una bronca importante.
- Lo suponía.
- Joder, ¿estaba claro no? Al fin y al cabo, supongo que tiene motivos. Me he comportado como un capullo integral. Yo que sé, tampoco pensaba que esto acabaría así.
- ¿Pero te dijo que se había acabado?
- Si.
- ¿Y ya está?
- Si, yo que sé, dijo muchas cosas. ¿Pretendes que me acuerde de todo o qué? Estaba cabreada y me dejó, y ya está, se acabó.
- A ver, a ver colega. ¿Pero tú la quieres o qué ostias? Porque parece que te la suda completamente todo esto.
- No, claro que no me la suda, ¿pero qué quieres que haga?
( La colega le miro con la mítica cara de "no tienes remedio".)
- Joder Manu, no me extraña que te haya dejado. Estás alelao colega.
- Tía, ya sabes como va. La cagas, y te dejan. Tampoco hay que darle más vueltas. Si se le pasa volverá. Y sino pues ya está, tampoco es el fin del mundo.
- No, desde luego ya veo que para ti no es el fin del mundo. Lo que me pregunto es si lo será para ella.
(Manu no dijo nada, se encendió un piti, y siguió caminando.)
- Que, ¿esta noche una de birras con estos no? ¿Vendrá tu colega la rubia?
- Joder, Manu. Eres mi colega y te quiero, pero te lo tengo que decir: eres un mamonazo.
( Le pegó una colleja, él le guiñó un ojo, y siguieron caminando.)

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-Tía, ¿pero que ha pasado?
- Le he dejado.
- ¿Le has dejado? ¿Pero y eso? Pensaba que querías arreglarlo.
- Joder Esther, claro que quería arreglarlo, pero el tío se quedó ahí, sin decir nada, sin darme ninguna explicación. Parecía que no le importaba nada joder. Impasible, casi ni se inmutó mientras yo le gritaba. ¿Pero que ostias le pasa? Que se ha tirado a otra, que no es que se le haya olvidado nuestro aniversario, o que me haya dejado plantada para irse a ver el fútbol. ¡Se ha tirado a otra joder! ¡Y se queda quieto! El muy subnormal se queda quieto. ¿Te lo puedes creer? (Estaba histérica, llorando, con la voz entrecortada.)
- Cálmate cariño. Siéntate en el sofá que te preparo una tila y ahora me cuentas bien como ha sido todo.
( Se sientan las dos en el sofá, y empieza a contarle como ha sido todo mientras se bebe la tila).
- El sábado me dijo que saldría. Y yo tenía que madrugar el domingo, porque tenía que llevar a mi hermana al partido, porque mi madre no podía que había quedado con mi tía para hacer no se qué. Bueno, la cuestión, que hacía eso de las 8 hablamos, y me dijo que salía con sus colegas a tomar unas birras, y que llegaría pronto a casa, pa las 3 o así, y que cuando llegase me llamaría y tal. Hasta ahí todo guay. Y nada, me despierto el domingo, chequeo el móvil, pero ni mensaje ni llamada ni nada. No tenía tiempo pa llamarle, porque íbamos tarde. Llevé a mi hermana al partido, y luego me fui a desayunar a la cafetería del centro. Entonces le llamé, y tenía el móvil apagado. Estaría dormido. Así que nada, me volví a casa, preparé la comida, estuve un rato haciendo un trabajo que tenía pendiente y así pasó más o menos la mañana. Comí con mi tía y mi madre, que mi hermana se iba a casa de una amiga, y luego me eché la siesta. Hacia las 5 de la tarde le volví a llamar, pero seguía apagado. Y bueno, básicamente no supe nada de él en todo el día. El lunes fui a clase, un tanto preocupada porque no sabía nada de él y no había forma de localizarle. Llamé a su colega pero me dijo que el no sabía nada tampoco, así que ya ves, un puto caos todo. Y joder, no era normal. Nunca había estado más de un  día sin saber nada de él. Y lo que más me extrañaba era que él me había dicho que iba a llamarme. Al mediodía ya me puse histérica, y pasé de la última clase y me fui directa pa su casa. Llamé tres veces al timbre. A la cuarta, me abren. Subo a toda ostia, y llamó a la puerta. Y me abre él, en gallumbos, totalmente tirado, sin afeitarse y oliendo a tabaco. Horrible. Y entonces la cosa fue algo así:

- Que coño haces que no me llamas, y te llamo y tienes el móvil apagado? ¿Que ostias pasa?
- Joder, no chilles. Que me acabo de levantar y me duele la cabeza.
- ¿Te duele la cabeza? ¿Que estás de resaca todavía o qué? ¡Es lunes!
- Ya, pero al final ayer también salimos.
- ¿Cómo que ayer también saliste? ¿Y que hiciste ayer durante todo el día para no darme señales?
- Es que el sábado al final nos liamos, y llegamos a las 10 de la mañana al local. Y luego estuvimos ahí todo tirados, y papeamos unas pizzas, y casi no tuve tiempo pa nada, porque íbamos a volver a salir, y tenía que venir al keli a ducharme y todo eso. Por eso no te llame. Además tenía el móvil sin batería, y no encontraba el cargador. No pasa nada cariño, tranquila.
- ¿Tranquila? ¿Tranquila? ¿Cómo coño quieres que esté tranquila? Yo preocupada por ti sin ninguna noticia tuya, y tú por ahí de jarana. ¿Pero qué mierda de relación es esta? ¿Me lo explicas?
- (Silencio).
- ¿No dices nada? ¿Te parece normal actuar así?
- Joder tía, que no es para tanto. Solo ha sido un finde largo. Mucha fiesta y tal, nada más.
- A pues muy bien. Pues de aquí en adelante tú sales de fiesta y yo me quedo en casa y tal. De puta madre. Cojonudo vamos. Me encanta el plan.
- Tú también puedes salir si quieres, yo no te he dicho que no salgas.
- Cállate. Cállate ya porque vas a terminar jodiéndola más. ¿Con quién saliste?
- Con el Mario y estos.
- ¿Con el Mario? Mentira.
- ¿Como que mentira? 
- Pues cómo que le llame ayer y me dijo que no tenía ni idea de donde estabas.
- ¿Le llamaste? ¿Porqué coño le llamaste?
- Oye, oye, oye... no te pongas chulito ahora. No tenía ni idea de dónde coño estabas, ¿qué querías que hiciera? ¿Con quién estuviste? Dímelo.
- Mario se fue pronto, me quede con los demás, por ahí a lo nuestro. Sin más.
- No te creo nada. 
- No me creas.
- Muy bien cojonudo, paso de todo. Que te jodan.
( Se dirigió a la puerta a toda ostia.)
- Estuve con otra. 
(Se paro en seco y después salió dando un portazo sin mirar para atrás.)

- Ya ves tía, así me lo contó. Me lo soltó así, a bocajarro. Y en ese momento, salí de su casa, y fui corriendo a mi casa a llorar. Me volví loca. Pensaba que me iba a estallar el pecho y la cabeza y todo el cuerpo. Cuanta rabia, y que jodida impotencia. Dejé que pasaran los días. Él me estuvo llamando pero no lo cogí. Y ayer volví a su casa con intención de hablarlo tranquilamente y ver si se podía solucionar. Pero no, no hay nada que hacer. Ya ves, yo llevo una semana dándole vueltas a cada detalle, a todo. Si he fallado yo, o si simplemente el es un cabrón. Si me lo habrá hecho más veces o fue la primera. Quién sería la pava, y dónde se la tiraría si en la calle, o en su casa, o vete tú a saber donde. ¿Sentirá algo por ella? Joder, me estoy volviendo loca. Pero él nada, cero. Callado. Y no se digno a explicarme nada. Así que ya está. Se acabó. Que le jodan. Es un puto mierda.
- Joder tía, que asco todo.
(Se abrazaron mientras ella lloraba desconsoladamente.)

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- Te has pasado con María tío, está jodidísima. Me siento como el culo.
- Pues sí, deberías de estar hecha mierda, al fin y al cabo tú eres su colega.
- Y tú eras su novio.
- ¿Ya pero los tíos vamos y venimos no? Siempre lo decís. Las colegas son las que permanecen. Yo jamás le haría algo así a un colega ¿sabes? Eso es sagrado.
-Tendrás cara, ¡pero si fuiste tú el que vino a por mi a saco! Yo no hice nada. Estaba borracha. No me dí cuenta de lo que hacía.
- Bonita, no te columpies. Que llevabas pillada por mi ya unos meses. No soportabas verme con ella. ¿Qué te crees que no me daba cuenta?
- Cállate idiota.
- Admítelo, la has cagado.
- Sí, la he cagado y mucho. Pero tú tranquilo, que no volverá a pasar. Lo del sábado a la noche no pasó nunca, ni volverá a pasar jamás. ¿Queda claro?
- Transparente.
Sonrió. La miró fijamente. Ella intentó bajar la mirada, y echarse para atrás. No podía. El tío era el ex de su colega, el día antes había estado consolándola en el sofá de su casa, ¿qué coño estaba haciendo? ¿Por qué lo hizo? Por su culpa María estaba hundida. Y el muy capullo, delante de ella, riéndose en su cara. ¿Pillada por él? Y una mierda. Solo fue el alcohol. El tío estaba bueno si, pero no era para tanto. Se acercó a ella hasta ponerse a dos milímetros de su boca. Notaba su respiración, y el olor de su cuello. Dios mío, no podía hacerlo. Tenía que salir corriendo de allí. El chaval era un cabrón. Había engañado a su mejor amiga. ¡Con ella! Dios mio, tenía que ser una pesadilla. El tío no se movía. ¿Por qué no se movía? Su respiración se había acelerado. No dejaba de mirarla. La miraba de la misma manera en la que la miró el sábado a la noche. No se movía. Estaba quieto esperando a que ella reaccionara. Tenía que salir corriendo. Tenía que conseguirlo. Joder, ¿por qué no podía irse?
- ¿No te ibas ya?
- Si, ya me voy.
- Estás temblando Esther, ¿estás bien?
(Le retiró el pelo de la cara suavemente sin dejar de mirarla).
- Si, estoy bien.
- Si quieres puedes quedarte. 
(Le miró a los ojos. El la miró también. Se acercó más. Le puso las manos en el culo y la apretó contra su cuerpo. Respiraba fuerte. No veía, no oía, todo estaba borroso. Sólo era consciente de él y de su olor. Abrió la boca, y se acercó al oído de él.)
- Fóllame.
(Él la tumbó en el sofá, y no se lo pensó dos veces.)

Esther se fue a las 20:15. A las 21:00 Manu estaba con los colegas en el bar de siempre. Estaban tomándose unas cañas y poniéndose al día. Entonces llegó Laura, su mejor colega. Le sonrío y le guiñó un ojo.
- Miedo me das Manu, cuando empiezas así una noche, la acabas muy torcido.
- Jajajajaja vente pacá txiki, que te he sacao una birra. ¿Qué al final viene la rubia?
- Está aparcando, se acopla en 0 coma.
- Cojonudo.
- ¿No pensarás tirártela también no? Tío, al final me vas a dejar sin colegas.
- Mientras me tengas a mi te basta y te sobra, ¿no?
- Jajajajaja, lo que quieras. Pero déjame a alguna para ir de compras, ¿ok?
- No te prometo nada. ( Y le volvió a guiñar el ojo, mientras le pasaba la birra).

M. L. Bing

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