Thursday, January 17, 2013

Tablero de ajedrez.

Si esto fuera un tablero de ajedrez, yo sería un peón. El más torpe entre los ocho. Ya ves, ese suele ser siempre mi papel. Y no me quejo. Si juegas bien puedes llegar al otro extremo del tablero y convertirte en lo que quieras. Menos en rey. O en otro peón. Normalmente suele elegirse la reina. Es el mejor papel, o eso parece. Pero puedes ser torre, caballo o alfil. Lo que quieras. O al menos eso es lo que aprendí. Igual lo aprendí mal. Pero me da igual. Bueno, a lo que iba, entonces eso, si cruzas todo el tablero, tú eliges. ¿Qué elegirías? En rey no te puedes convertir, porque rey sólo hay uno y es irrepetible. Y si te hacen jaque mate estás jodido porque se acaba el juego. Es demasiada responsabilidad. Y no tendría sentido convertirse en peón, porque eso es lo que ya eras, y ¿para que volver a ser lo mismo? Al fin y al cabo, ya has cruzado y ya has demostrado que estás preparado para ascender a un puesto mejor, ¿no? Entonces qué, ¿la reina? ¿Te gustaría ser la reina? Bueno, es bonita. Y se mueve bien. Tiene libertad de movimientos. De frente, hacia atrás, de lado (ambos lados obviamente), y en diagonal. Genial. Puede echarse un baile que te cagas. Y eso siempre mola. Pero tienes que estar todo el rato para adelante y para atrás, porque todos irán a por ti. Todos querrán matarte, quitarte de en medio, porque eres la que mejor defiende al rey y todos te tienen envidia porque eres más libre que ellos. Tiene que ser duro mantener bien ese papel. Luego está el alfil. Solo puede moverse en diagonal, y no sé por qué, pero a mi nunca me gustó mucho. Será porque es tan elegante, o porque siempre está al lado de los reyes guardándoles las espaldas. Me parece un pelota. No, no me gustaría convertirme en alfil. Es un quiero y no puedo constante. Y no sirve de mucho ser un quiero y no puedo. Bueno, ¿entonces que nos queda? A sí, la torre. La torre es guay. Solo va para adelante, para atrás y para los lados No se mueve en diagonal. Pero me gusta si, porque me gusta eso de los ángulos perfectos y todo eso. Y es robusta y fuerte. Y parece que se lo pasa bien moviéndose por el tablero. Además puede hacer unos change curiosos con el rey, solo que ahora no me acuerdo como iban. Pero es independiente y sabe luchar hasta el final. Sí, eso me gusta. Creo que convertirse en torre sería una buena opción. ¿Te gusta? Creo que deberías planteártelo. En cuanto a mí, tengo muy claro en qué me convertiría. En caballo. Sin duda alguna. Porque está pero parece que no pinta nada. Y sus movimientos son jodidamente raros. Va completamente a su bola, y casi nunca consigue terminar la partida. Suele ser de lo primero que se comen los enemigos. ¿Y entonces por qué me gusta? Porque es especial, y diferente. Y se mueve en L. Y hay que pensar más para colocarlo bien. Y aunque parece que no tiene importancia, y que no es determinante en la partida, si lo utilizas bien puedes hacer mucho daño. Igual no consigues la gloria de la reina, pero no te hace falta. Tú haces algo que ni la reina puede hacer. Que se joda, ella no se mueve en L. Y puede que seas el eterno olvidado, pero no te importa porque eres raro. Es una ficha entrañable. Sin duda, sería el caballo.

Pero como sólo soy un peón, me muevo un cuadro hacia delante. Te toca.

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