Y ahora tengo que salir. Me da pereza el frío de la mañana. Andar por las calles mirando sin ver. Perderme entre la gente. El agobio de andar bajo tierra, con gente delante, detrás, a un lado. Gente por todos lados. Respirar hondo y repetirte a ti misma que no pasa nada, que sólo es el mundo y su prisa. No te dejes llevar por la vorágine. Escucha la música, y respira lentamente. Puedes con eso. Con eso y con más ya lo sabes. No es nada que no hayas hecho antes. Que estúpido tener miedo de eso. Que estúpido pero que real. Pero si el corazón se acelera, sólo respira. Cierra los ojos, y viaja a ese lugar. ¿Sientes las olas del mar? Respira. No pasa nada. No estás aquí. Estás muy lejos, en ese sitio que tanto te gusta. No hay nadie. Estás tú sola con ella rondándote los pies. ¿Sientes la arena? Bien, está todo bien. Vuelve a respirar. Sonríe. ¿Ves? No pasa nada. Todo está bien. Estás con ella.