Un extraño placer,
detrás de cada pequeño fracaso,
como si te antepusieras a toda esa mierda
y te dijeras a ti misma: son todo ruinas
y más ruinas y un intento que sólo va a quedarse
en eso, en un intento.
Y no es más que un continuo amago de llegar
a ninguna parte.
No es más que eso.
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