Thursday, December 26, 2013

Ya sé que los tíos como él no están con tías como yo. 

Los tíos como él, están con tías que siempre van peinadas. Y da igual el viento que sople, el pelo no se les enreda, ni se les encrespa. Aunque venga un huracán, o se acabe el mundo, el pelo no se mueve. A mí me alucina. Luego nunca se les corre el rimmel, y a la mañana están igual de bonitas que la noche anterior. Seguramente más. Los tíos como él, están con tías jodidamente preciosas. Que no tienen un día malo nunca, siempre están resplandecientes. Y da igual lo que se pongan porque todo les queda bien. Pero además tienen un sentido exquisito de la elegancia y el saber estar, y siempre van perfectamente combinadas. A mí alguna vez, cuando iba a salir, mi padre me ha dicho que a ver si iba a lavar el coche. Y bueno, se supone que me había preparado. Imagínate el percal. Y luego hablan de esa manera, que te quedas embobada escuchándolas ¿no? Porque tienen una voz, y una forma de pronunciar las palabras tan dulce, y ese tono tan suave, que dios mío, es casi música cuando hablan. Y tú, haces lo que puedes, con tu voz grave, y fea, y tu tono siempre demasiado alto, que tu madre te dice que hables más bajo pero no te sale, y claro, nadie quiere pararse a escucharte. Normal. Hace poco mi hermano me dijo que algo tan feo como mi voz no podía ser natural. Y en ese plan. Los tíos así, están con pequeñas princesas, no con sapos torpes que no saben de qué guindo se han caído, y son un desastre completo. Y los tíos como él no están con tías como yo.

Lo sé de sobra.


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