Un poco más,
y te quedas en los huesos
del alma.
A veces piensas
como pudiste enlazar esas palabras,
y en cambio
no pudiste
llorar
mirándole a la cara.
Para que supiera,
para que supiera,
lo que te dolía en realidad.
Pero la vulnerabilidad
que viene ligada
a ese tipo de lágrimas
era demasiado.
Y sí,
está claro,
"la debilidad hace el daño."
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