A mi lado bueno le cuesta salir por las mañanas.
El cielo sigue gris
y yo esperando el diluvio universal.
Necesito que la lluvia se lleve
los complejos,
la ceniza que dejaron los días malos,
los miedos que se esconden debajo de la cama.
Mi piel ardiendo quemada por el sol
me pide el océano.
Y a mil kilómetros de mí
el paraíso.
Ya no fumo,
sino le daría una calada al cigarro.
Y escribiría algo así como:
la vida temblaba mientras ella intentaba
entender por qué la gente tomaba café por las mañanas.
No comments:
Post a Comment