Queda sólo un día.
Me alejo de este gris por un rato.
En dos meses
estaré en el sur.
A bastantes kilómetros de aquí.
Es raro.
Dejas algo tuyo en cada sitio en el que estás,
y también te llevas algo en la maleta.
No sé describirlo.
Con ella a mi lado en el sofá
he tocado el cielo.
Y la vida me ha sonreído como nunca.
De oreja a oreja,
de corazón a corazón.
Dejo aquí algunas lágrimas,
muchas pesadillas,
alguna herida.
Dejo aquí algunas sonrisas,
muchas carcajadas,
algo de pintura verde.
Yo ya me entiendo.
Lo bueno de ella es que se viene conmigo.
Desde los tres años
hasta el infinito,
no hay quien pueda arrebatármela.
Lucharía por ella con uñas y dientes,
mataría.
Moriría si se aleja de mí,
si me deja.
Pero ella,
la otra loca que apareció de repente en el camino,
sin previo aviso y colándose
por todas las rendijas,
llenándolo todo..
.. ella se queda.
Y esa separación si va a doler.
Como cuando te quitan el balón cuando quieres jugar tú
y no te dejan jugar con ellos.
Como cuando alguien te dice:
"la vida es así, te jodes",
sin darte ningún mínimo de consuelo,
sin dejarte esperanza alguna.
Así.
Es el descubrimiento del año,
y esa noche en la que las dos
fuimos testigos de ese
momento tan mágico no se me olvidará en la puta vida.
Ella no se me olvidará.
La llevaré conmigo.
Y es que dejas algo en los lugares,
te llevas algo de ellos.
Pero sobre todo,
dejas algo en las personas,
te dejan algo ellas.
A mí,
un paraíso que sabe a chocolate,
a tardes de manta y series,
a hablar sin parar en el salón.
No puedo quedarme con algo,
me quedo con todo,
me quedo con ellas.
Me las llevo conmigo a mi rincón.
Y será un hasta pronto.
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