Friday, July 25, 2014

El horizonte es música sonando,
y yo sin ese vinilo.
Una caja de música con una muñeca dando vueltas,
retales de una infancia lejana en la que sonaba
Chopin mezclado con Ketama.
Me crié entre notas,
eternos pentagramas que guardaban melodías
algo así como sagradas.
Las cuerdas de mi violín sonando a Pachelbel,
mi corazón ardiendo.
Cuatro caminos
para alcanzar el paraíso.
Nunca sabrás lo que es eso,
si no has sentido miedo
al pensar que tu oído
podría dejar de sentir
alguna vez.

Víbrame cerca,
muy cerca.

No me dejes nunca
sin mi arpegio de aire.


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