Fue un huracán que me arrastró,
un volcán que me quemó, un vendaval,
una tormenta que acabó conmigo.
Tan efímero e intenso que apenas pareció real,
pero fue sin duda lo más real e irrevocable,
lo más certero e indudable,
jamás sentido,
hasta ese instante.
Y no, no fue un cuento de hadas.
Fue bastante mejor.
No comments:
Post a Comment