Friday, September 26, 2014

Jamás te impondría condiciones.

Soy más libre que el mar,
tú más libre que el cielo.
No sería capaz de encerrarte.
No querría.

Lo bonito de los pájaros
es cuando echan a volar.
Lo bonito de los peces
es cuando bucean.

Nada aguanta quieto eternamente.

Y menos tú.

Tú,
que te metes el mundo entero debajo de la gorra
y no aspiras a ninguna frontera.
Tú,
que respiras cualquier aire
que la vida te de,
que perteneces un poco a ese lugar.
y un poco a todos los demás lugares.
Tú,
que no eres de nadie
ni lo serás nunca,
que no te vendes por nada,
que permaneces fiel a ti
y a los tuyos,
que conoces el valor
de un hombro que no falla.

Vas a llegar tan lejos como quieran tus zapas.

Eres un alma indómita.

Yo,
un desastre crónico a todos los niveles,
alguien frágil
que pasa junto a ti
sin que la notes.
Yo,
un manojo de miedos
que no controlo,
alguien tan sensible
que llora sin motivos.

No sé a dónde coño voy a llegar.

Pero mírame,
sigo hablando de ti.

La vida es mucho más sencilla de lo que nos cuentan,
pero una sonrisa como la tuya
siempre tiende a complicarla.

Me cago en tu puta calavera.

Entiéndeme
eres una tormenta de verano,
y yo un desierto eterno
esperando la lluvia.

La tuya.

Como si no hubiera otra capaz
de mojarme,
como si no hubiera otra
capaz de hacerme bailar.

No,
yo nunca impongo condiciones.

Pero quiero que me lluevas.

Lluéveme.

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