Los semáforos en rojo siempre me parecieron eso, una oportunidad de pararme y comerle a besos. Que pena que él sólo los viera como eso, como semáforos en rojo. Hay neurosis que no combinan. Hay cerebros que no encajan. Y ahora, cuando me paro en un semáforo en rojo (pocas veces, porque siempre intento cruzarlos), suelo pensar si alguien más los verá como yo los veo.
Después de comentar lo del arroz y la leche de soja en que casi he parecido una marujona, este comentario espero que quede un poco más profundo.
ReplyDeleteSí, hay algunos que ven los semáforos en rojo como tú los ves, fíjate que he dicho "algunos", no "muchos". Para la mayoría son una grita en sus relojes de arena, para ti, una oportunidad de brillar. Y es que Mikele eres rara, especial, un poco eskizo (Por cierto ¡Hola Make!), rebelde, pasional, instensa, en extremo sensible, no paras de darte latigazos en tu alma y auto-torturarte por situaciones en las que crees que fallaste, te gusta zambullirte en tu dolor, te jode, te gustaría no hacerlo y ser más libre, pero lo haces porque dentro de tu dolor está tu amor, y necesitas aferrarte a él con todas tus fuerzas... y no puedo seguir, son las 5:30 y ahora me siento vacío de palabras, voy a comer algo... En resumen, Mikele-Make, eres (sois) una entre un millón, perdón, ahí he exagerado, una entre diez mil sería más adecuado. Encontrar a tu hombre es algo que te va a costar mucho esfuerzo, vas a tener que cribar mucha mierda, porque, al igual que tú, sólo hay uno entre diez mil que vea los semáforos así. Y tú no te mereces criar a tus hijos sola y te mereces que cada mañana EL te sonría. Yo estoy hecho un poco lío porque leo las entradas nuevas y las viejas a la vez y ya no sé dónde estás, si ya le has encontrado o no. Sea como sea hay algo que tu hombre debería hacer, cuando lo encuentres, y es leer este blog. Porque como en Jesucristo García (que por cierto es la banda sonora de este comentario) tu has vomitado aquí parte de tu alma. Y tu hombre debe leer esto, y lo otro, lo que no está publicado aquí, y cuando lo lea sabrás si es él o no, porque si es él, si te ama de verdad, te juro por mi hijo que se te va a pasar días enteros enganchado a la puta tablet, y que va a haber momentos en que te va a enviar a la mierda y se largará, o te dirá que te largues, o se encerrará en el baño, porque tendrá unas ganas de llorar instensísimas y no querrá que veas una lágrima en sus ojos (los hombres somos así de gilipollas). Y si no se engancha a tu blog y te dice: "Oye, ¿por qué no vamos a tomar algo por ahí? Tu blog está muy bien, pero (excusa)", no es EL. Esta es mi modesta opinión, y ahora si quieres envíame a la mierda por meterme en asuntos que no me incumben, eres libre de hacerlo, me lo tengo merecido.