Sunday, April 21, 2013

A estas horas de la noche no pretendo nada. Suave música de fondo. Creo que quizá llegue la inspiración. Si quiere puede dormir en mi cama. Para ella, siempre hay sitio. La almohada últimamente sólo me trae pesadillas. Y las mañanas son más soleadas que de costumbre. No me digas por qué. Sigo sintiendo la misma urgencia de escribir. Quiero bajar al sur. Quizá pueda colgarme de una nube, o sentarme bajo un almendro a leer a Dickens. Si me traes un campo de lavanda, me perderé contigo. Si no, iré yo sola a buscarlo. Quiero guardar la primavera en un tarro, justo en ese rincón de mi balcón. Y cuando llegue el invierno, abrirlo, y que todo se llene de colores. Hay cosas que son imposibles. Pero siempre nos quedará soñar. Si su voz sigue latiendo, nunca nada irá demasiado mal. Ella sigue aquí conmigo. Esas sonrisas me devuelven la fe. Voy a pintar un lienzo lleno de posibilidades. ¿Quieres uno para ti? Te regalo los que quieras. Si piensas que puedes, seguro que podrás. No te quedes en el andén. Corre. Y luego corre un poco más. El tiempo se desliza entre tus manos, ¿lo notas? Las agujas del reloj te están señalando. No les hagas caso. Quédate un rato más. Mírala a los ojos, dile que la quieres. La magia está en cualquier esquina. ¿Has visto cómo le da el sol en los ojos? Cambian, y se vuelven más brillantes. No hay otros iguales. Respira. Quédate con el momento. Cuando se va, se va para no volver. Exprímelo un poco más. ¿No puedes volar? Inténtalo, seguro que te sorprendes.

Si no te dice su nombre, invéntatelo.

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