Wednesday, April 3, 2013

No eran los colores de siempre. No los que conocía. No digo que fueran peores, sólo diferentes. Reconoces cada esquina, pero cambian los matices. Y no es que sonreír costara más. En ese lugar, sonreír no cuesta nada. Y cuando el silencio de esos caminos te envuelve, la soledad se hace tangible, haciéndote sentir que estás tú sola ante la fuerza bruta de la naturaleza. No puedes evitar empezar a andar más deprisa, casi vas dando saltos. Solo se oye el viento. Y los pájaros. No hay nada, no hay nadie. Y sigues andando. Y piensas, que si alguien te preguntara cómo definirías la libertad, sólo podrías describirle ese momento. Tú, la tierra y sus colores, y nada más. Y ya no tienes miedo. Eres libre. Vuelves a sonreír.

No comments:

Post a Comment