Me levanto a contrapié.
En la ventana las mismas nubes de siempre.
No tengo nada que decirte,
pero quiero contártelo todo.
El más mínimo detalle
de mi paso por la tierra.
Cuantas estrellas conté
en esas noches brillantes,
donde la oscuridad dejaba ver.
Era bonito mirar al cielo
pidiendo deseos
que sabía que no se cumplirían,
pero que tenía que pedir
porque el corazón me lo pedía.
Esas luciérnagas al borde del camino.
Y esos campos tan distintos,
pero que saben tanto a casa,
que ya no puedo dejar de pensarlos.
Tú apareciendo por cualquier esquina,
y la vida a borbotones.
No entiendes que me muero
cada vez que no te veo.
Que me faltas como
falta una manta en frías noches de invierno.
Cuando todo lo que el cuerpo pide
es hacerse un ovillito
y olvidarse de que ahí fuera el mundo sigue.
Porque ahí fuera el mundo sigue.
Y a mí me faltas.
Es tan bonita la última parte desde el "No entiendes..." hasta el "a mí me faltas". Es difícil dejar de leerla y releerla y releerla... como si mi voluntad hubiera entrado en un bucle. Y cuando llegas a "ovillito" es como si todo fuera un pastelillo esponjoso y "ovillito" fuera el chocolate del centro... :) ¡Dios! ¡Qué hambre me está entrando ahora! XD
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