Friday, March 14, 2014

- Tengo pendiente decirle todo eso ¿sabes?
- ¿Decirle qué?
- Pues que me mola. A ver.
- ¿Te mola de verdad?
- Sí, joder. 
- Bien. Porque a él le molas tú.
- ¿Tú crees?
- Sí, se lo dijo al Javi.
- ¿Desde cuando?
- Desde que estabas con el Ruben.
- No jodas. ¿Y todo este tiempo?
- Sí.
- Y yo sin darme cuenta.
- Es que a ver, nunca te había molado. No entiendo nada.
- Pues nada, el otro día, en la discoteca ya sabes. No sé, tonteando y así. Y luego vino la zorra esa, la Laura tía, y quería pirarse con él yo creo, pero nada, el estaba bailando conmigo, y me invitó a una copa y tal, y ya sabes, hubo feeling.
- ¿Así que en realidad quieres con él porque la Laura le tiene echado el ojo y la quieres joder?
- No tía, a ver, me moló. Estuvimos hablando, y agusto.
- Pero si nunca habías hablado de él, y cada vez que él te dirigía la palabra le ignorabas completamente. Si decías que era el pringado del barrio joder.
- ¿Oye pero que te pasa? Hubo feeling y fuera. ¿Y además a ti qué más te da si me mola o me lo quiero tirar o lo que sea? Joder tía, ni que fuera tu hermano.
- No, no, sí a mi me la suda, ya ves. ¿Te lo vas a tirar?
- Eso espero. Aunque no creo que haya mucho problema, porque viendo como me miraba y como se acercaba a mí el otro día, de cajón, a ver.

Tragó saliva. Caminaban por la gran vía mirando escaparates. Miró al suelo e intentó respirar diez veces antes de volver a levantar la cabeza. Alicia era así. Se encaprichaba con uno y venga, a full hasta tirárselo. Desde que lo dejó con el Ruben esa era su dinámica. A ella le parecía bien. Sólo sexo, esa era la condición. Y nunca más de dos veces con el mismo. Si alguno la llamaba para quedar a cenar o lo que fuera pasaba del todo. No quería enamorarse. Quizá nunca lo hubiera hecho. Ni siquiera del Ruben. Si no no se entendía cómo había actuado así con él. ¿Habría estado enamorada? ¿Sabría de verdad qué coño era eso de que tu corazón fuera de otra persona? No lo creía. No tenía pinta de saberlo. Y era feliz así. Y se alegraba por ella. Era su colega, y quería que todo le fuera bien. Pero ahora la cosa se había puesto chunga. Le había dado con el Toño. Joder, con el Toño. Igual no había tíos en el barrio, a ver. Y en la ciudad ya ni te cuento. ¿Tenía que ser el Toño? Mira, se ponía mala sólo de pensarlo. Pero claro, nadie sabía que le molaba. Absolutamente nadie. Ni siquiera ella que era su mejor colega y se lo contaba todo. Y ahora se lo iba a tirar. ¿Y qué podía hacer? Ya no podía decir nada. Joder. Ella ya sabía que al Toño le gustaba su colega. A ver, era la más bonita del barrio con creces. Todos sabían quién era, todos querían con ella. Salía y todos se giraban para mirarla. Era una cosa de otro mundo. Ali, conocida en todo el barrio, de norte a sur, de este a oeste, por ser la más bonita y la más fácil, claro, todo había que decirlo. Había estado dos años con el Ruben, pero mientras tanto había estado con otros diez chicos más. Ya ves, no era lo que se dice una chica fiel. Pero eso daba igual. Todo eso daba igual. Ella la adoraba, joder. La quería como a una hermana. Y una cosa era saber que el Toño estaba todo colado por ella, y otra muy distinta saber que se iban a acostar. Eso ya jodía un rato. ¿Y qué podía hacer? No podía hablar con el Toño. Estaba tan loco por Ali que haría cualquier cosa por estar con ella. Aunque supiera que sólo le quería para follar, y que nunca le querría ni la mitad de lo que él la quería a ella. Y tampoco podía hablar con Ali, porque claro, ¿qué le diría? Que a ver porque se lo ocultó durante tanto tiempo, que no entendía nada, que se lo contaban siempre todo, que a ver qué pasaba. Y más marrones no. Tenía que pensar algo para evitar que aquello pasara. ¿Pero qué? De repente pensó en Laura. Quizá por ahí había algo que rascar. Ali la odiaba tanto que podía obsesionarse hasta el punto de olvidarse de todo lo demás. ¿Pero qué podía hacer? De repente se le ocurrió una idea. Se sentía ruin y rastrera por tener que recurrir a técnicas tan poco legales, pero el simple hecho de pensar en Ali besando a Toño le ponía el estómago patas arriba. Tendría que andar rápida eso sí, y por encima de todo, Ali no se podía enterar de nada. A ver cómo lo hacía.

- Tía Paula, estás todo empanada. Te digo que a ver si vamos a la cafe o pasamos.
- Por mi pasamos. Yo me piro pal keli ya que estoy cansada. ¿A la noche bajas?
- Sí, ya sabes a las once en el parque.
- Guay.

Bajó al metro a toda ostia. Estaba histérica. Nunca había hecho nada parecido, y menos a Ali. Se sentía la persona más miserable del mundo. Pero cada vez que pensaba en ellos juntos en la misma cama no podía respirar. Joder, si es que siempre le pasaba todo a ella. No podía fijarse en otro no, tenía que ser Toño. Estaba taquicárdica. Cuando bajó del metro y se dirigió a su portal la invadió una determinación total. Impediría que aquello pasara. Por sus ovarios.

1 comment:

  1. ¿¿¿¿Cómo???? ¡¡¡¡Ahhhhh!!!! ¿¿¿¿Qué piensa decirle a Laura???? ¡¡¡¡Ahhhhh, Mikele!!!! ¿No había bastante con Víctor y Claudia?

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