Y estas ganas de llorar partiéndome el pecho,
no sé a qué vienen.
Quizá vuelvas a ser tú,
escondido entre mis sombras,
lejos,
jodidamente lejos.
Quizá vuelva a ser ella.
Sin verme,
sin verla.
En está eterna oscuridad
que no se iluminará
con su hociquito blanco.
La vida y las espinas que te clava.
Lágrimas de amor,
de amor del bueno.
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