No te voy a mentir. Soy un completo desastre. Se me rompen
todos los cacharros electrónicos, nunca sé dónde he puesto las llaves, mi
cuarto nunca está ordenado, he solido manchar el techo de lentejas, siempre
llego tarde, pierdo el autobús día sí día también, y lo dejo todo siempre para
el último momento. Siempre tengo sueño, hablo demasiado, hago preguntas que no
tienen respuesta, y no sé pararme quieta. Puedo ponerme a bailar en medio de la
calle, o a cantar en cualquier momento, la mayoría de las veces inoportuno.
Porque soy así, inoportuna. Pero me importa más bien poco. Hablo demasiado alto
y todo el mundo se entera de lo que estoy contando. Pero no consigo aprender a
bajar el tono. También tengo mucha mala ostia, y suelo gritar bastante, y sí,
no te voy a mentir, me gusta discutir, desde muy pequeñita. Creo que hay pocas
cosas que sepa hacer bien, y no creo que pudiera destacar nada de lo que
realmente estuviera orgullosa. Es así.
Me veo en la obligación de decirte que no soy, ni de lejos,
lo mejor que vas a encontrar. Así que si estás buscando la perfección, o algo
que se le parezca, no te pares aquí. Sigue buscando. Si estás buscando a una chica que siempre tenga el pelo bien, y que use tacones, y que nunca llegue tarde, y que no se ponga a cantar o a bailar en momentos inoportunos, y a la que no se le queme la comida, y la que lo haga todo a tiempo, y que siempre sepa dónde tiene las llaves, y que hable bajito, y que no discuta nunca, entonces sigue buscando. Porque yo no soy esa.
Yo sólo soy la que te despertará besándote la cabeza, y te
dará los buenos días con una sonrisa, y te llevará el desayuno a la cama, y no
parará de decirte lo bonito que eres, y que luego te retará a una guerra
de almohadas. Y soy la que se picará si no gana, pero la que sonreirá si la
besas, y la que saltará y se pondrá a bailar, y la que hará que no te puedas
aburrir ni un sólo segundo porque nunca para quieta. Sólo soy esa, la que
saldrá a contar estrellas, y soñará contigo, y te escribirá todo el rato textos
largos que no querrás leer porque te dará pereza, pero no le importará, porque
se los sabe de memoria, y te los contará al oído, y será así todo el
rato. E inventaré un millón de fórmulas para que nunca estés mal, y les pegaré
a todos lo que te hagan fruncir el ceño, y no te daré tiempo a echar de menos
nada, porque conmigo tendrás la luna, porque la bajaré para ti todas las
noches. Y soy la que estará siempre con los pelos revueltos, y la que te
molestará todo el rato, y la que te vacilará, y la que te manchará de pasta de
dientes, y la que correrá detrás de ti por toda la casa para tirarte al suelo. Pero
te prometo que nunca te haré daño, porque no soy nada fuerte, y tú siempre podrás
conmigo. Y te prometo también que cuando quieras irte podrás irte, y tendrás
siempre tu espacio, y no te agobiaré, y te dejaré volar super alto, porque eso
es super importante, y tú tienes alas enormes, y vas a volar mucho, lo sé. Y te
estaré esperando siempre, preparada para abrazarte de esa manera que parece que
el mundo se va a acabar si nos separamos, y te diré que no te he echado nada de
menos, pero por dentro estaré pensado que menos mal que has vuelto porque me
estaba muriendo, y te sonreiré, y te diré que todo va a estar bien, porque todo
va a estar bien. Y soy la que siempre va a ser consciente de lo que eres, y de
lo que puedes llegar a ser, y la que siempre te va a estar empujando para que
saltes más alto. Y seré siempre super consciente de que estarás rodeado de un
millón de chicas mejores que yo, pero no mejores para ti. Y es que esa es la
diferencia. Si me dejas serlo, seré la mejor del mundo para ti, y entonces ya
no querrás irte nunca. Pero si te vas, tampoco pasa nada, porque siempre estaré,
en lo bueno y en lo malo, pero en lo malo más. Siempre más.
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