Wednesday, January 22, 2014

Supongo que ya no le bastaría
cualquier cosa que hiciera
por volverla a tener aquí conmigo.
Supongo
que después de tanto tiempo
ella ya se ha olvidado de como olían mis pies,
y de como le tiraba los palos,
y de como la llamaba
cuando me desesperaba porque no me hacía ni puto caso.

Y no voy a engañarme.
A mi tampoco me bastaría.

Porque si hay por ahí
algún universo paralelo,
sería para ella,
Sin errores,
sin despedidas,
sin lágrimas.
Sin este dolor
interminable.
Serían para ella
todos los mundos
además de este,
y todas las estrellas,
y todos los planetas,
y todas las galaxias,
y todo lo que puede haber
en este y en cualquier otro univero.

Porque no concibo
otra manera
de hacer que me perdone,
por no haberme pasado
el resto de mi vida
acariciándole la tripa
y haciéndola feliz.

Y ni aún así me perdonaría.
Al menos yo no lo haría.

Sólo podría darle mi vida,
entera y sin condición alguna,
para que ella luego hiciera lo que quisiera.

Porque no me queda nada más para darle.

Mi alma entera es suya,
y mi corazón le pertenece
desde el primer mediodía
en que la vi echa un ovillo en ese rincón.
Nadie podrá quitárselo jamás.
Es suyo para toda la eternidad.

Y mientras ardo en el infierno,
le entrego todo lo que soy.
Bueno,
lo poco que queda de mí
desde que ella
ya no está conmigo.

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