Wednesday, February 19, 2014

Me siguen dando miedo los metros. Mucho. Pero mucho mucho. Sobre todo esos días que juega el Athletic y se llena todo de peña y la gente va a toda ostia porque no saben andar de otra manera y les da igual si te llevan por delante. Esos días es la hecatombe. Pero tengo que cogerlo, no me queda otra. Y al final la costumbre hace que puedas ir llevándolo. Es el tercer año aquí ya, y bueno, ahora no lo llevo tan mal. Al principio recuerdo que a veces me entraba ansiedad, y me ponía a sudar en cuanto entraba a ese puto cacharro. Pero dentro de lo que cabe Bilbao es una ciudad pequeña, y sólo tiene dos líneas, y es muy fácil de entender como va, y no te pierdes ni te vuelves loca, entonces no es tan terrible. Madrid y Barcelona son otro asunto. Pero nunca he tenido que coger demasiados metros las pocas veces que he estado en esas ciudades, así que ni tan mal. En Paris sí que lo pase mal. Eso sí que era un jodido laberinto super abajo de la tierra que joder que puta claustrofobia. Y por eso no me gustan las ciudades grandes, porque tienen un montón de peña que siempre va corriendo, y metros gigantes que te pierdes ahí dentro. Y si alguna vez, por lo que sea, me toca vivir en una ciudad grande, me pillaré una bici e iré a todos los lados en bici. Y si no en moto, que la mía mola un huevo y además la puedes aparcar super fácil. Pero que se olviden, a mí me va mucho más el aire. 

1 comment:

  1. Pues yo he estuve en el metro de Bilbao en 2010 y las estaciones me parecieron super amplias y muy bien iluminadas. No tuve sensación de claustrafobia en ningún momento. Prefiero el del Bilbao al de aquí. Aunque no me gustó eso de tener que meter el billete para salir. ¿Y si pierdo el billete qué? ¿Me quedo ahí encerrado para siempre? Estoy de acuerdo que el peor fue París. Aquello si que era la madriguera de un topo.

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