Un intento desesperado
de no caer en ese abismo
que estás viendo que no puedes controlar.
Frente a sus ojos,
el mundo desaparece,
y todo duele un poco más.
Hasta la sonrisa.
Y si he perdido el norte y no lo encuentro,
ya no sé en qué punto
he quedado con mi sentido común.
No me odies demasiado.
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