Sunday, February 2, 2014

Cualquiera diría que eran los ojos más comunes del mundo. No eran azules, ni verdes, ni nada parecido. Eran marrones. Un marrón habitual, corriente. Nadie se hubiera fijado. Y sin embargo, que equivocados estaban. No tenían ni idea. No había nada común en esos ojos. Te miraban, y las estrellas dejaban de brillar.

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