Pueden decir que es la mujer de su puta vida.
Y luego a más de dos mil kilómetros
puede que esté la otra mujer de su vida.
Y así,
infinitas variables.
El mundo es muy pequeño,
y cualquiera se puede enamorar,
un lunes por la mañana,
esperando al bus,
o algo de eso.
¿Qué quieres contarme?
Dejé de creer en el amor para toda la vida,
porque vivimos tantas vidas,
que quién coño sabe,
¿no?
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